Gustavo Kuerten colgó su raqueta en Roland Garros, justamente donde hizo historia y llegó a ser el número uno de la ATP. Como Nadal, ganó tres veces ese Grand Slam, quizás el más prestigioso en este deporte. El local Paul Henry-Mathieu derrotó a “Guga” en sets corridos y puso fin a su exitosa carrera. Su vencedor lo abrazo, el público lo ovacionó y él, emocionado, lloró. La organización del torneo reconoció su grandeza y le entrego un trofeo en honor a su trayectoria.
El brasileño ganó Roland Garros en 1997, 2000 y 2001, llegó a ser el mejor jugador del planeta en el 2000 y se consagró campeón del Masters Cup en ese mismo año. Con su juego y sus logros popularizó el tenis en Brasil. Hace tiempo que dejo de estar entre la máxima competitividad, pero su jerarquía nunca se puso en duda y siempre se lo respeto.
“El tenis ha cambiado mi vida. Ahora tengo que ocuparme de otras cosas, tengo que ocuparme de mi", relató Kuerten en la conferencia de prensa que dio al final del partido. Además explicó que seguirá ligado al tenis y le dedicará más tiempo a su fundación.
Este año jugó tan solo seis partidos, en los que se impuso en una oportunidad. Uno de sus verdugos fue el argentino Berlocq, en Costa do Sauipe. Su última actuación fue ayer ante el francés Mathieu (19° del mundo) en su amado. Se fue otro grande.
Kuerten le dice adiós al tenis
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