domingo, 25 de mayo de 2008

Schwank se dio el gusto de vencer a Moya en Roland Garros


Por Gonzalo M. Letizia Varela

Eduardo Schwank transformó el incendio que sufrió en Burdeos en fuego sagrado en París. Eso es lo que hizo el santafesino para derrotar en la primera ronda de Roland Garros al español Carlos Moya, campeón del Grand Slam parisino en 1998, por 7-6 (4), 6-2, 6-7 (1), 4-6 y 6-3.
En los dos primeros sets Schwank, que participa por primera vez en un Major, fue inteligente y agresivo con sus golpes. En el tercero cuando estaban 5-5 el argentino tuvo dos break points pero no los aprovechó y Moya se llevó el tie break con autoridad. Luego al español ex número uno del mundo le bastó un quiebre para llevarse el cuarto set por 6-4 y había que ir a un quinto set.
Cuando ambos jugadores mantuvieron sus servicios hasta el 4-3, Schwank, número 74 del ranking, con un winner de derecha quebraba y quedaba en posición de sacar para el partido, pero los calambres en el muslo izquierdo lo obligaron a pedir la asistencia del trainer. El argentino salió a jugar disminuido físicamente, no obstante, gracias a dos derechas ganadoras de Schwank y dos errores no forzados de Moya le dieron al santafesino, en su sexto torneo como profesional, el triunfo y el pase a la segunda ronda.
En trenado por Javier Nalbandian, hermano mayor del Rey David, Eduardo Schwank comenzó a jugar al tenis en el Centro Cosmopolita Unión y Progreso. Como junior el título más importante que logró este joven de 21 años fue el Banana Bowl de 2004, torneo que le permitió ser el segundo mejor juvenil. Hasta el momento Schwank no hay una foto del argentino en los perfiles que ofrece la página de la ATP, luego del impacto ante Moya, pronto la tendrá.
En 2006 el santafesino cosechó triunfos y títulos en Futures que explicaron su evolución actual en los Challengers. Medellín 2007, Cremona, Roma y Burdeos en 2008 fueron sus conquistas. Precisamente en esta última ciudad francesa ocurrió algo que Schwank, admirador de Pete Sampras, Patrick Rafter y Goran Ivanisevic, nunca olvidará. Es que hace casi dos semanas, en el hotel donde se olojaba, se incendió su habitación, en la cual se destruyeron todas sus pertenencias.
“Estábamos desayunando cuando escuchamos las sirenas de los bomberos. No le prestamos mucha atención. Pero de repente apareció el gerente del hotel y nos dijo que era mi cuarto”, dijo Schwank, que pensó en dejar el tenis: “Me costó mucho sudor, pero aquí estoy y me encuentro muy contento. Podría haber desistido tras el susto del fuego, pero insistí y todo me salió bien”.
En la segunda ronda de Roland Garros lo espera el vencedor del duelo que sostendrán el español Marcel Granollers-Pujol y el alemán Michael Berrer. Schwank estará esperando a cualquiera de los dos para desplegar su fuego sagrado una vez más en París.

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